INGREDIENTES: (para 2 frascos medianos)
- 400 gramos de pimientos rojos limpios
- 200 gramos de azúcar
- 50 mililitros de vinagre de vino blanco
- 50 mililitros de agua
PREPARACIÓN:
1.- Lava y seca los pimientos. Quítalos el tronco, las
pepitas y los nervios. Córtalos
en cuadritos pequeños y pésalos. Es importante que la referencia del peso sea
ésta y no la de los pimientos enteros, que pesan más.
Por cierto, si decides preparar más cantidad, te aconsejo que no te
pases de un kilo de pimientos porque es un engorro: tienes que batirlo
por partes y la mermelada no queda homogénea, unos frascos estarán
líquidos y otros demasiado espesos. Pero, sobre todo, ten en cuenta que
las partes de agua y vinagre no hay que modificarlas. Solo hay que
contemplar que el azúcar debe ser la mitad del peso de los pimientos
limpios. Ah, tampoco hagas menos de 300 gramos de pimientos o podrás
llenar ni un bote (reduce mucho al cocer y otro tanto al batir).
2.- Pon los trozos de pimiento en una cacerola y añade
el azúcar, el vinagre y el agua. Remueve y pon a fuego medio. Deja que cueza durante 30 minutos aproximadamente o
hasta que se consuma casi todo el líquido, removiendo de vez en cuando.
Puedes probar un trocito para ver si está
bien blandito.
3.- Tritura la mezcla dejando una crema fina y, si
quedan muchas pielecitas, pasa por un colador. Si el pimiento está muy blandito
y todavía queda líquido en la cacerola, tienes que escurrirlo un poco
antes de
triturarlo, porque si no, no quedará con textura de mermelada. Pero no
tires el líquido,
por si quedara muy espeso al batir.
4.- Por último, echa la mermelada en botes, deja que se
enfríe a temperatura ambiente y cierra con sus respectivas tapaderas.
Sugerencia: sirve para echarla sobre una rebanada
de pan tostado untada con queso crema o con rodajas de queso de cabra. También
va muy bien acompañando a una carne a la plancha.
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