1.- Escurrir bien los trozos de bacalao, enharinarlos y freírlos a fuego medio-alto en un cazo con un dedo de aceite de oliva. Una vez dorados, retirarlos a un plato con papel absorbente o a una rejilla y reservar.
2.- Pelar las patatas y cortarlas chascándolas. Para ello, introducir el cuchillo y, antes de terminar el corte, levantar la hoja para romper la patata.
3.- Calentar una olla a fuego medio-alto, añadir un par de cucharadas del aceite de fritura y marear en él los ajos bien picados y las patatas.
4.- Hacer un hueco entre las patatas, echar media cucharada más de aceite y sofreír el pimentón unos segundos. Remover bien y mojar con agua hasta cubrir. Incorporar el bacalao, subir el fuego y esperar a que levante el hervor.
5.- Dejar cocer a fuego suave, con hervor pausado, durante 15-20 minutos o hasta que las patatas estén blandas. Entonces, menear con cuidado la olla para que las patatas suelten almidón y traben el caldo. Probar y corregir la sazón. A ser posible, reservar de un día para otro.
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